viernes, 4 de abril de 2008

Downloads: ¿Libertad o delito?

El avance desenfrenado que viene experimentando la tecnología hace algún tiempo ha golpeado las puertas tanto de los músicos como de las industrias discográficas. Aparecen entonces opiniones encontradas sobre las ventajas y desventajas que estos avances pueden producir en las bandas y en la comercialización de sus discos.

Sitios como My space, You tube, I Tunes o Pure Volume permiten a las bandas cargar sus trabajos en la red y así poder compartirlos con todo el que navegue por Internet. Esta práctica es cada vez más común entre los que hacen música o los que gustan de ella. A través de estas grandes redes la música fluye y es así como, el tema de sacar un disco “real” se convierte en una cuestión discutida a la hora de pensar en un medio para llegar al público.

Se dice que los que en el último tiempo lograron revolucionar la industria musical fueron los siempre innovadores, Radio Head. Su último trabajo In rainbows (2007) fue publicado en una página de la cual se podía bajar el disco pagando la suma que el comprador creyera adecuada.

Si bien In rainbows fue lanzado por estos medios, más tarde se editó por una compañía discográfica y estuvo en las disqueras del mundo. De todas maneras luego de su presentación por Internet, muchos otros artistas la vieron como una buena opción para distribuir su música, y muchos sellos discográficos como una amenaza al negocio.

Esta cuestión plantea algunas diferencias, están los que bregan por la libertad de bajar música gratuitamente de la red y por otro lado las grandes discográficas o artistas que ponen el grito en el cielo cuando se enteran que por allí circula algún material que los involucra. Entonces, sobrevienen las demandas y juicios que castigan esas prácticas.

Lo cierto es que estamos ante el resultado de avances tecnológicos que se vienen dando hace más de una década cuyo fuerte es la digitalización del material. Además, sumado a estos avances en materia tecnológica, se ha ampliado el número de usuarios que acceden a una conexión de Internet, por lo tanto comenzaron a hacerse cada vez más frecuentes los casos en los que los estos forman parte del intercambio de música, videos y fotos en forma gratuita y sin pedir permiso a sus autores.

La “democratización” de la música a través de Internet es un hecho, y sin dudas nos acerca a universos que nunca hubiéramos imaginado, con una rapidez absoluta. Ahora, en este proceso todos accedemos a un sinnúmero de beneficios pero a la vez, sin darnos cuenta que algo se pierde.

Sí, la fidelidad es lo que se pierde. Toda esta música que bajamos, nunca sonará igual que en los discos. Justamente esa es la magia que se diluye cuando los tracks son comprimidos al extremo para poder circular libremente por la red.

El fenómeno ya es suficientemente popular y estas cuestiones como la de la pérdida de calidad del sonido o hasta qué punto es legal compartir o descargar música de determinados sitios, son dejadas de lado. Así nos hemos convertido en una generación que goza de los beneficios de conseguir y publicar todo en Internet y que crea una nueva manera de relacionarse con la música poniendo el acento en otras variables que ya no son las mismas que en algún momento preocuparan a los amantes de la música.

2 comentarios:

nurnem dijo...

Felicitaciones Paux...ya estas hecha una periodista...ay! me emociono y lloro...pensar que uno te vio crecer y te enseñó a ser lo hoy sos...

Saludos amiguita!

nurnem dijo...

Correcciones:
*error nº1: falta la palabra "que", casi al final del comentario anterior.
*error nº2: no lloro (pero si me emociono)