lunes, 21 de abril de 2008

Feria del libro en Buenos Aires


Con el lema “El espacio del lector” comienza el 24 de abril la edición número 34 de la feria del libro. Tendrá lugar en el Predio de la Rural de la Ciudad de Buenos Aires y se extenderá hasta el 12 de mayo. En esta ocasión, el acto de inauguración estará a cargo del escritor argentino, Ricardo Piglia.

En esta ocasión se presentarán 1583 expositores que minarán de ejemplares el lugar, habrá además 1600 actos en los que se destacará la presencia de varios escritores como los novelistas y periodistas españoles Manuel Vicent, Juan José Millás y Juan Cruz; además participará también el mexicano Juan Villoro, que presentará su libro 'Los culpables'. Otra visita protagónica de este evento será Tom Wolfe el hombre que ha sido etiquetado como “inventor” del Nuevo Periodismo.

Más allá de que la visita a este tipo de eventos suele ser caótica y conflictiva por la cantidad de gente que asiste, los empujones, amontonamientos y demás, creo que es válido darse una vuelta para husmear entre los stands y averiguar qué hay de nuevo, sólo averiguar, para quién no tiene un bolsillo afortunado; sabemos que, como todo en la Argentina, los libros también han aumentado.

Lamentablemente en la Feria del libro no se venden los libros más baratos ni se hace ningún tipo de descuento en los ejemplares, pero lo bueno es que al menos se puede escuchar a algunas personalidades de las letras, hablando de lo que más saben.

Quizás también esta sea una buena oportunidad para reflexionar acerca de qué leemos, qué tipo de contenidos nos están brindando los escritores y editoriales, y cuál es el nivel de acceso a la lectura que tenemos como sociedad.

sábado, 19 de abril de 2008

Recuerdos de Chelsea


Tomé personalmente esta foto hace poco más de un año, en el barrio Chelsea de la ciudad de Nueva York. Así es, en la calle 23 entre la séptima y la octava avenida se encuentra este hotel que se ha mantenido activo a lo largo de la historia y que ha albergado a cientos de artistas, músicos, escritores y directores de cine, entre otras personalidades.

Basta con entrar y permanecer diez minutos allí para empezar a sentir ese aire suspendido que te remonta directamente hacia otra época. Cuadros en la pared, dibujos sin enmarcar que alguna vez creó Andy Warhol, esculturas desprolijas y empolvadas y el espíritu de una generación que en los sesenta formó parte de un movimiento creativo y contestario. Pueden llamarse beat o pueden llamarse simplemente jóvenes bohemios que por aquél tiempo encontraban placer en la manifestación de sus estados de ánimo o su disconformidad con la sociedad, a través del arte en sus diferentes expresiones.

Los sillones, las cortinas y los decorados parecen querer retener aquellos días en los que era usual ver a Jack Kerouack concentrado en el libro que por entonces escribía, On the road, pieza maestra del escritor beat o quizás escuchar a Bob Dylan ensayando una canción en alguna habitación.

Las paredes del Chelsea Hotel, han visto más de lo que con certeza podríamos contar.
Guardan la imagen de Mark Twain como uno de las primeras personalidades en alojarse y guardan la de Sid Vicious (bajista de Sex Pistols) por ejemplo, quien eligió la habitación número 100 para ponerle fin a la vida de su amada Nancy el 12 de octubre de 1978. Otro suceso trágico, que tuvo lugar allí, fue la extraña la muerte por envenenamiento de Dylan Thomas en el año1953.

Los huéspedes solían adoptar el hotel casi como su propia casa, sus estadías podían prolongarse por años, esta es una de las características sobresalientes que destaca al lugar. Al parecer encontraban en este sitio un aire de inspiración que hacía fluir las ideas.

Fue además locación de una de las películas de Warhol, Chelsea Girls (1966) así como también Sid&Nancy (1986) de Alex Cox, The Professional (1994) de Luc Besson, Chelsea Walls (1997) de Ethan Hawke, The Interpreter (2005) y Rest Stop for the Rare Individual (2007).

Este espacio fue declarado monumento histórico y de interés cultural de la ciudad de Nueva York, comenzó a funcionar como hotel en el año 1905 y desde allí hasta estos días ha ofrecido su servicio.

Actualmente el barrio de Chelsea ya no es lo mismo que hace unas décadas, poco queda de aquellos jóvenes extraños para algunos, colgando guitarras o vistiendo de una manera excéntrica yendo y viniendo de un lado a otro. Sus calles han sido re-significadas aunque parte de su historia permanece viva en las instalaciones del hotel.

sábado, 12 de abril de 2008

MEZCALITO, HIJO DEL PERIODISMO “GONZO”


En el año 2007 la editorial Emecé editó en la Argentina “Mezcalito” una compilación de tres relatos del año 1969 que cuentan diferentes experiencias con la mezcalina. Los mismos fueron escritos por el creador del periodismo “gonzo”, Hunter S. Thompson, quien además es el protagonista de estos delirantes y divertidos relatos.

Pero, ¿de qué hablamos cuando decimos periodismo “gonzo”?
Bien, este se consideró como un nuevo estilo de escritura, o de narrar hechos que fue inaugurada por Hunter Thompson, quien sin darse cuenta fundó una manera de contar que contagiaría a toda una generación.

Si lo que conocemos como periodismo tradicional se basa en escribir noticias, lo más fielmente posible, poniendo énfasis en la transparencia de los hechos y en no distraerse con detalles que a primera vista parecen intrascendentes, el periodismo que nos trae Thompson se basa en lo contrario.

Esta es una especie de subgénero del Nuevo Periodismo que centra la atención en los sentimientos y sensaciones que experimente el periodista a la hora de redactar su nota. Éste se sirve de toda la información que le ofrece el ambiente, los colores, olores y ruidos que permiten describir la atmósfera que rodea al fenómeno del cual se escribe.

De esta manera, el producto que se obtiene conjugando todas estas variables puede llegar a ser más rico y entretenido sumado a que el periodista también toma un papel importante y protagónico.

La redacción de “El Derby de Kentucky es decadente y depravado” fue el primer artículo considerado del estilo “gonzo”. El primero encargado por el editor de una revista a Hunter Thompson. La nota narraba acontecimientos que sucedían en ese evento pero contados desde una mirada entrometida que mostraba desde alcohólicos hasta la decadencia que se acaparaba a la multitud que pululaba por el lugar.

La visión de este género deja la objetividad de lado, se suelta y recorre lugares extraños. Otra de las variables que han influido en esta manera de hacer periodismo son el alcohol y las drogas. No olvidemos que se desarrolla en la década del ´60 momento clave de la explosión del LSD y demás sustancias que hacían despegar de la tierra para conocer mundos abstractos y psicodélicos.

También ha significado mucho para la época en que fue creado ya que formaba parte de la contracultura que se estaba gestando en los Estados Unidos en momentos en que el presidente durante la Guerra de Vietnam, Richard Nixon estaba a cargo. Este mismo fue blanco de las críticas de Thompson y desacreditado en su accionar desde las páginas desde las que el autor escribiera.

“Feather and Loathing in Las Vegas”, “Días de Ron” y, “Hells Angels: A Strange and Terrible Saga” son otros de los títulos que se han publicado sumado a los artículos que escribiera como arduo colaborador en la revista Rolling Stone. El primero fue llevado al cine en 1998 por el director Terry Gilliam y protagonizado por Johnny Depp y Benicio del Toro. En el film quedan plasmados todos los rasgos que reúne el periodismo gonzo y el contexto en que el mismo se desarrolla.

Este estilo fundó una nueva época en materia de escritura periodística y constituye uno de los géneros que impactó en la sociedad estadounidense en la década del ´60 expandiéndose luego por todo el mundo y convirtiéndose en un género que revolucionó tanto a escritores como a lectores y que quedó asentado hasta estos días.

Hunter S. Thompson se suicidó el 20 de febrero del año 2005 a los 67 años en su residencia de Woody Creek en Colorado; creando para si, un final tan decadente y extraño como los relatos que supo escribir a lo largo de su vida.

viernes, 4 de abril de 2008

Downloads: ¿Libertad o delito?

El avance desenfrenado que viene experimentando la tecnología hace algún tiempo ha golpeado las puertas tanto de los músicos como de las industrias discográficas. Aparecen entonces opiniones encontradas sobre las ventajas y desventajas que estos avances pueden producir en las bandas y en la comercialización de sus discos.

Sitios como My space, You tube, I Tunes o Pure Volume permiten a las bandas cargar sus trabajos en la red y así poder compartirlos con todo el que navegue por Internet. Esta práctica es cada vez más común entre los que hacen música o los que gustan de ella. A través de estas grandes redes la música fluye y es así como, el tema de sacar un disco “real” se convierte en una cuestión discutida a la hora de pensar en un medio para llegar al público.

Se dice que los que en el último tiempo lograron revolucionar la industria musical fueron los siempre innovadores, Radio Head. Su último trabajo In rainbows (2007) fue publicado en una página de la cual se podía bajar el disco pagando la suma que el comprador creyera adecuada.

Si bien In rainbows fue lanzado por estos medios, más tarde se editó por una compañía discográfica y estuvo en las disqueras del mundo. De todas maneras luego de su presentación por Internet, muchos otros artistas la vieron como una buena opción para distribuir su música, y muchos sellos discográficos como una amenaza al negocio.

Esta cuestión plantea algunas diferencias, están los que bregan por la libertad de bajar música gratuitamente de la red y por otro lado las grandes discográficas o artistas que ponen el grito en el cielo cuando se enteran que por allí circula algún material que los involucra. Entonces, sobrevienen las demandas y juicios que castigan esas prácticas.

Lo cierto es que estamos ante el resultado de avances tecnológicos que se vienen dando hace más de una década cuyo fuerte es la digitalización del material. Además, sumado a estos avances en materia tecnológica, se ha ampliado el número de usuarios que acceden a una conexión de Internet, por lo tanto comenzaron a hacerse cada vez más frecuentes los casos en los que los estos forman parte del intercambio de música, videos y fotos en forma gratuita y sin pedir permiso a sus autores.

La “democratización” de la música a través de Internet es un hecho, y sin dudas nos acerca a universos que nunca hubiéramos imaginado, con una rapidez absoluta. Ahora, en este proceso todos accedemos a un sinnúmero de beneficios pero a la vez, sin darnos cuenta que algo se pierde.

Sí, la fidelidad es lo que se pierde. Toda esta música que bajamos, nunca sonará igual que en los discos. Justamente esa es la magia que se diluye cuando los tracks son comprimidos al extremo para poder circular libremente por la red.

El fenómeno ya es suficientemente popular y estas cuestiones como la de la pérdida de calidad del sonido o hasta qué punto es legal compartir o descargar música de determinados sitios, son dejadas de lado. Así nos hemos convertido en una generación que goza de los beneficios de conseguir y publicar todo en Internet y que crea una nueva manera de relacionarse con la música poniendo el acento en otras variables que ya no son las mismas que en algún momento preocuparan a los amantes de la música.